Hace poco leí esta reflexión de Seth Godin titulada "Usualing" y me inspiró para escribir este artículo.

Usualing para Seth es lo que hacemos sin pensar, lo que repetimos automáticamente porque siempre lo hemos hecho así.

Es la rutina llevada al extremo, el hábito convertido en piloto automático.

Y aunque la rutina y los hábitos nos ahorran tiempo, también nos roban las posibilidades de ser mejor.

Porque la comodidad de lo habitual nos protege, pero también nos adormece.

Piénsalo: la mayoría de nuestras decisiones diarias no son decisiones en absoluto.

Son patrones.

Te levantas, revisas el móvil, tomas el mismo camino al trabajo, hablas con las mismas personas, tomas el mismo café.

No es que lo elijas cada día; simplemente lo sigues haciendo porque es lo fácil, lo conocido, lo seguro.

Y en un mundo donde hay miles de decisiones que tomar, seguir una rutina nos permite no pensar demasiado.

Es una herramienta útil.

Hasta que deja de serlo.

Porque aquí está el problema: si siempre haces lo mismo, siempre obtendrás lo mismo.

Y mientras tú sigues "usualing", el mundo sigue cambiando.

Las oportunidades aparecen y desaparecen, pero no las ves porque ni siquiera te detienes a considerar que podrías hacer algo diferente.

Y así es como nos quedamos atrás, no de golpe, sino poco a poco.

No porque tomemos malas decisiones, sino porque dejamos de tomarlas.

La solución no pasa por abandonar la rutina e improvisar. No puedes cuestionarlo todo, o pasarías el día atrapado en decisiones sin importancia. Pero puedes tratar de ser consciente de cuándo esa rutina está limitando tu crecimiento.

Puedes preguntarte: ¿Estoy eligiendo esto o simplemente lo estoy repitiendo?

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La trampa de la rutina.